viernes, 21 de agosto de 2009

JUICIO Y CASTIGO AL PATO FILLOL


Cristina cada vez más se está transformando en Gente que Si; dejó esa pose de directora de escuela malcogida leyendo discursos aburridos, para dar paso a esta nueva Cristina que todos los días me da una alegría surrealista, ya noté cierta escalada en el ranking de la Gente que Si que hago a diario, en el discurso post derrota, eso de ganamos en Calafate estuvo muy bien, luego dio un gran salto en la tabla cuando se comparó con Dorrego y elípticamente supongo a Magneto con Lavalle. Pero la apoteosis, la mayor alegría me la dio con eso de los goles desaparecidos, fue una delicia que me ha hecho reflexionar mucho en el tema, mi condición de futbolero y estudioso amateur del setentismo y la dictadura me lleva a pensar muchas cosas.

En primer lugar que ese hijo de puta de Fillol es una cosa parecida a Camps, cuántos goles desaparecieron por su hijaputez ?, debe haber sido pagado por el imperialismo, al igual que el resto de los arqueros de la época, todos complotados contra el pueblo y esbirros de la clase dominante. Eso si, el Loco Gatti me da mas el perfil del Tigre Acosta, ambos muy hijos de puta, uno mataba zurdos el otro goles -al parecer ahora es igualmente grave- pero ambos se mostraban en la GENTE de la época, eran sonrientes y uno los invitaría a su cumpleaños.

Basile es Galtieri, la misma vos, el mismo amor por el whisky y la misma falta de responsabilidad.

Los árbitros según su escuela, (recuerden el “siga siga” o el “reglamentarismo”), los Lamolina serían la OEA o cualquier organismo que dejaba hacer, los reglamentaristas creo que podrían haber sido Perez Esquivel, estos últimos tan apegados a los reglamentos, no dejaban pasar ni un agarrón en un corner, ni una picana.

Todos sabemos que la dictadura desapareció gente y goles, mas allá que sea políticamente incorrecto hoy decirlo, creo que hubo casos en que debo decir “por algo será” por ejemplo quien torture y desaparezca el gol con la mano del Turco Garcia a Independiente en la Supercopa del 92, merece mis respetos, aunque los zurdos cochinos pretendan hacernos creer que todos los desaparecidos eran inocentes. He ahí una prueba de que no, hubo goles muy hijos de puta como ese.

Los jueces de línea que miraban para otro lado, no son otra cosa que la clase media de merda o como se le llama ahora “la gente”. Ellos leían la GENTE en la peluquería, viajaban a Miami al “deme dos” y no se daban por enterados que había un plan sistemático de desaparición de goles.

Pero gracias a este gobierno, eso salió a la luz, ya no habrá mas goles en manos de la oligaquía, no señor, ahora estarán libres para ser gritados por miles de gargantas deseosas y dichosas de que hayan descolgado un cuadrito en la ESMA y pasen los goles por ATC.

Espero que no afloje, Cristina, y siga, todavía están tabicados en algún Olimpo, los corners cortos de las Leonas, los drives de Del Potro, los trys de Los Pumas, los dobles de los Ginobili, las arrimadas al bochín están sufriendo persecuciones, hasta el tejo esta todavía en manos de Grupos de Tareas, pero este gobierno los liberará, no me quedan dudas, aunque deban reaparecer los verdaderos desaparecidos de estos años, los quinientos millones de dólares de Santa Cruz.

jueves, 19 de marzo de 2009

De como buscando una aventura encontré el amor

Todo comenzó como siempre en una mesa de café. El Marcos me dijo: "Dejate de joder, ya es hora de volver a las calles, ya pasó mucho tiempo ¿Vas a esperar que te de artrosis y no lo puedas hacer mas?"


La verdad es que le venía dando vueltas en la cabeza. Un año antes de casarme había tenido por última ves una de ellas gimiendo abajo. Cuando me decidí lo llamé al Marcos y al Cacho que la saben lunga para pedir consejo, sobre a cual entrarle, porque estaba indeciso sobre la elección, no sobre el hecho. "El Hugo volvía"

Luego de la felicitaciones de rigor, puesto que el amigo que había defeccionado, volvía a las aventuras, el tema se centró en cual era la indicada.

Empecé comentando que siempre me habían gustado las alemanas, sobre todo las veteranas, expliqué que esas bochas habían sido motivo de fantasías febriles en mi juventud y que casi estaba decidido. Esto enojó al Cacho, a la vez que alegraba al Marcos, que hace rato dejó las pendex para dedicarse casi con exclusividad a las veteranas, si son alemanas mejor.

-Pelotudo, dijo el Cacho, dejate de joder, si vas a volver volvé como antes, feroz, hay unas jovencitas que te quitan el aliento de verdad, ya no son como las de antes, ahora entregan todo de entrada, son indómitas, furia pura.

-La verdad es que no se si quiero tanta furia, pensé en voz alta, estoy veterano, tengo panza, cada vez menos pelo, en cualquier  momento empiezo con el viagra, me parece que busco una compañera complaciente y fiable, mas que una aventura adrenalínica. Mas cerca del tinto con una zamba que speed vodka y Rock & Roll

-Este gil, se hace el pendejo y después no se las aguanta comentaba el Marcos. Mientras nos imaginaba saliendo los dos con dos veteranas y compartiendo nuevamente códigos que yo había abandonado quince años atrás.

-Vos sos otro viejo choto, insistía el Cacho, no se que le ven a las viejas, serán confiables, pero no podés comparar la cinturita de una jovencita, esa trompa que tienen ahora, hablaba y se le caía la baba, vas con ellas y los vagos se dan vuelta muertos de envidia, le relojean la cola, las piropean y vos te sentís el guacho pistola de los veinte años.

-Loco, pero las alemanas tienen mística, dije mientras el Marcos hacía silencio, sabiendo que había ganado la batalla antes de empezar.

-Mística las pelotas gritó el Cacho, para eso andá a una iglesia, acá se trata de sentir que te revienta el bobo, de volver a tener esa sensación de inmortalidad que te da la furia que nunca te va a entregar una vieja chota de esas. No entiendo como puede haber tipos que sigan montándose a esas viejas de mierda y no tengan vergüenza de que los amigos los vean. 

-¿Che, que dice la bruja de tu retorno?, perguntó el Marcos cambiando de tema.

-La verdad es que no se, si le gusta bien y si no también, o se la aguanta y no me jode, o se prende en un trio que puede ser memorable.

-¿Crees que se prenderá en esa, a esta edad? Preguntó el Marcos asombrado.

-Si no se prende, se quedará boludeando todo el fin de semana a que yo vuelva de joda y a la mierda, sentencié.

Ahí salió el Marcos de nuevo con sus argumentos. -Loco si se va a anotar tu jermu, no la podés poner a la par de una jovencita briosa, tenés que acompañarla y de a poquito ir acostumbrándola a la joda de nuevo, sino la vas a asustar.

-¿Desde cuando las esposas opinan en esto? gritó el Cacho casi desencajado. ¿Que mierda les pasó, ahora consultan a su Sra. si pueden salir de joda?.

Era imposible explicarle nada, el Cacho había vivido de divorcio en divorcio por su aficción a las jovencitas.

Pagamos los cafés y yo ya estaba absolutamente del bando de Marcos, me iba a buscar una veterana, alemana y me iba a sacar la gustada siempre postergada de montarme una de esas con las dos bochas que generaron tantas fantasias en mi y en tantos otros de mi generación.

A los dos días apareció Daniel, que desde hace un tiempo se ha encajetado con las austriacas esas, feroces y amantes de la naturalesa y me dijo: "Gordo, el Pajarito está por dejar a la alemana".

Debo confesar que se me paró el pingo, no pude evitarlo y le llamé. Nos juntamos y me la presentó, en la cancha de Maristas, un Sábado de rugby de veteranos; no me animé ni a tocarla, el Pajarito es un buen amigo, ahí nomás me la ofreció casi a modo de préstamo, inclusive me dijo: "Que se quede unos días con vos, a ver como se sienten y si te gusta charlamos después". Ni falta hizo, solo al verle las bochas me había decidido, fué amor a primera vista.

Finalmente viajé hace quince dias a Tunuyán a formalizar, desde ese día mi vida cambió, soy el tipo con la sonrisa mas sincera de Mendoza.

Era el jueves 5 de Marzo a la tarde, me acompañó el Fabi. El Pajarito me dijo que se llamaba Anacleta, que por favor le mantuviera el nombre, que no le pusiera ningún apodo, me comprometí a eso. Le revisamos las gomas, el Pajarito la mimó como despidiéndose y me confesó, siempre que dejó a una de estas, fueron a parar a las manos de un amigo, le ofrecí que cuando pase por Mendoza vaya a vsitarla, que no existen celos entre machos y que si algún dia le quiere echar una montadita lo haga sin vergüenzas.

Inmediatamente me quedé solo con Anacleta me fuí a la Ruta 40, me escondí de los ojos del Fabi que venía en mi auto, la monté con el respeto conque se monta a una Señora y comenzó un romance tranqui, mimoso, maduro, pareciamos nacido el uno para el otro.

Juntos parecemos decididos a devorarnos el mundo, somos la pareja perfecta, un señor de caurenta pirulos con panza y una BMW R80 ST modelo 1983.

sábado, 18 de octubre de 2008

Me cago en los poetas




Me tienen harto los que creen que por ser artistas, poetas especialmente, están exentos de ser juzgados como los demás mortales.

Ser poeta es su trabajo, algunos lo hacen muy bien, y la mayoría como el orto, lo mismo sucede con los plomeros, los periodistas o los pagadores de ruleta.

La mayoría de la poesía que se ha escrito en el mundo es cuanto menos indigesta; penurias o alegrías de gentes miserables, como todas las gentes, que cuando son narradas son casi intrascendentes. Pero  estos pelotudos intentan hacer poesía con ellas, no solo pretenden que rime, sino que pretenden transformar sus miserias o alegrías en únicas e irrepetibles, como si sus cuernos fueran mas dolorosos que los de un obrero de viña, como si el rechazo al que los sometieron, no fuera tan rechazo como los míos, solo porque lo escriben rimando dolor con amor.

Cierto es que, de entre estos pretensiosos personajes, de vez en cuando sale a la luz algún genio, un distinto, uno que emociona realmente. Lo mismo sucede en el gremio de los futbolistas.

Estos genios esporádicos, nos permiten a los mortales impedidos de patear con chanfle o de terminar un soneto, disfrutar de su arte, en mi caso ambos me emocionan en distintos momentos y en distintas maneras, y su obra cobra ribetes casi místicos en algún momento, por esas subjetividades a que uno somete a las cosas que le pasan cerca en su vida.

Pero del mismo modo en que casi todos los futbolistas se comen las eses y aprendieron a limpiarse el hocico con servilleta, en alguna concentración importante, la mayoría de los poetas son gente de mierda.

Quizá por esa búsqueda del gran amor o el gran dolor o el gran algo, estos pelotudos tienen vidas de mierda y no quiero sentarme a su mesa.

Nunca concretan su amor, salvo de a ratitos, no construyen una familia de Mamá, Papá y los chicos también (Piñón Fijo dixit), nunca tienen gestos de coraje admirables, salvo con papel y lápiz, se bañan salteado, se maman tupido o se merquean, pero no como el común de los mortales, ellos lo hacen poéticamente, casi que hay que admirarle sus vicios.

Tienen esa pose de me cago en las normas que les hace despeinarse con cuidado, deben pasar horas ante el espejo para dar con el look justo de “no me importa el look”.

Muchos usan morrales tejidos en telar, (esto solo bastaría para mandarlos matar), llevan libros, cuaderno y lápiz para todos lados, pero es raro verlos leyéndolos o escribiendo.

Son pobres, pero en lugar de intentar con otra cosa, que los saque de la pobreza, siguen y siguen en la misma con una tenacidad estúpida. Son parientes en primer grado de los PPC o de los PPI.

Nunca me gustaron los que presumen de sus defectos, los poetas son especialistas en eso.

Viven buscando algo que ni siquiera saben que es y presumen de esa búsqueda. Pelotudos, presuman cuando lo encuentren!!!

Ellos terminan casi siempre solos, en la demostración mas absoluta del fracaso. Mientras el camionero, peronista, hincha de boca y casi analfabeto llega de viaje y salen a recibirlo un montón de pibes y una gorda que cuando puede lee “Gente” y  le amasa los fideos y los sirve con estofado, a ellos los recibe un gato hambreado, pero eso si; el camionero no escribe la “Oda a los fideos caseros”, y estos fracasados son capaces de escribir, “El soneto al gato flaco”. Con esa mierdita se conforman, esa pelotudez que garrapatean mientras el camionero se ríe groseramente, luego será leída a una poetiza, que es lo mismo pero en mina y puta; y la puta que no se cree puta sino poetiza, abrirá las gambas igual que la Sra. del camionero, una creerá haber llegado a algo, la otra habrá llegado.

 

PD: Ojo no confundir poetas con “Los que se hacen los poetas” estos otros van derecho al Pozo con fuego, pero por otros motivos que no valen la pena ni enumerarlos.

PPD: Como es costumbre de la casa al primer pelotudo que diga “No generalices” lo mando a la puta que lo parió. Generalizar es un soberano derecho que me he concedido hace años.

 

 

lunes, 25 de agosto de 2008

De aquí para allá.

1968 Mar del Plata
1975 Mendoza
1990 Castelnovo ne'Monti
1991 Monopoly a Mare
1992 Mendoza
2000 San Luis
2001 Salta
2002 Mendoza
2008 Monterrey

domingo, 20 de julio de 2008

Julio Cobos

Muchas charlas en Bs. As. y muchos llamados por teléfono tenían como objetivo, de parte de mis interlocutores, saber quien es Julio Cobos.
Hoy me levanté dispuesto a escribirles a todos quienes me lo preguntaban y a quienes de pedo pasan a veces por acá. Grande fué mi sorpresa cuando veo que el Jaime había escrito lo que yo pensaba decir, en su diario.
Imposible sería para mi hacerlo mejor, así que quienes quieran saber quien es el Julio, les ruego lean lo que sigue que es una perfecta descripción del hombre, mejor escrita que lo que yo pudiera hacerlo.

Retrato de un político amateur
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner instaló hace algún tiempo el célebre tema del “relato” de la realidad, que según el gusto presidencial está altamente condicionado por los medios. Más allá de si esto es cierto o no, resulta interesante constatar cómo ven los medios, sobre todo los nacionales, a Julio Cobos. Cómo son los “relatos” que urden acerca de él. Casi nada de lo leído o escuchado en estos días sobre el vice se acerca mucho a su realidad. La razón es simple: los periodistas y analistas foráneos, que no lo conocen, no pueden creer que Julio Cobos es como es. O peor, imaginan cómo es desde los moldes con que cuentan para ello.A partir de esa premisa se elaboran teorías con informaciones a medias y usando viejos odres para poner un vino nuevo. El resultado es un “relato” que calma a los porteños para llenar páginas y más páginas y minutos radiales y televisivos pero que poco tiene que ver con un personaje sin mayores aristas, más bien chato y común, como la mayoría de los mortales. Y ése es su gran enigma hoy, luego de haber irrumpido en el mundo de la excepcionalidad, de la monstruosidad, de la deformidad política, con la naturalidad y la simplicidad de alguien corriente.Julio Cobos no fue un excelente gobernador, fue más bien mediano. Mendoza no recordará su gestión, que por otro lado ya casi ha olvidado, por la sencilla razón de que no tuvo enormes logros y sí algunas deficiencias. Cobos es mejor recordado que su gobernación. Pero tampoco es para dramatizar, pues no fue un desastre ni nada que se le parezca. Fue uno más de los razonables gobernadores mendocinos, uno de esos que él se encargó de contar en la tensa noche del Senado que no pueden ser reelegidos, como una virtud institucional que distingue a Mendoza y que le enseñó a él las virtudes de la negociación y el consenso.Como político tampoco ha demostrado Cobos grandes dotes. Sí una gran intuición para avanzar o esperar en el momento justo, virtud que le ha servido para escalar solo pero no para realizar una construcción política más o menos perdurable que lo trascienda.No hay que equivocarse. Su acción del jueves a la madrugada debe ser analizada casi fuera de la política. Debe ser vista como un fogonazo, pero no como una guerra. Un fogonazo que puede condicionar la batalla, pero sólo eso.En términos que le serán caros a Cobos, lo suyo del Senado fue una marca excepcional en los 100 metros y la política es una maratón interminable, que nunca acaba de construirse, donde lo que impera es la regularidad.Quienes lo hemos tratado sabemos que es lo que se ve. Es el hombre que cuando se enteró de que debía desempatar en el Senado dijo: “¡Uy, uy, uy!”. Es una persona simple y cercana a ese ciudadano argentino representado por la clase media media, pero que puesto en una situación excepcional reaccionó como tal y no como lo hubiera hecho un político profesional. Su excepcionalidad estuvo en contar con el coraje necesario para echarse al hombro la situación y actuar sin perder su frescura innata. El ADN político de Cobos es amateur, pero esta vez llegó lejos con su acción y la historia, esa que él sabe que lo va a juzgar, lo puso en una situación única e irrepetible. Y reaccionó con la humanidad de seguir sus convicciones, algo que el político profesional no hubiera hecho nunca, pues su ADN le indica que tiene que responder a códigos que están prefijados y que no se pueden cambiar. La reacción de los políticos frente a la decisión de Cobos muestra que no le creen, que todavía están buscando la pata escondida de la sota, porque ellos nunca harían algo simplemente por hacer lo correcto, sino que su corrección está signada por lo que su instinto de conservación les dice que dará más rédito. Si se equivocan o aciertan es otra cosa, pero la reacción instintiva está determinada por lo que se obtendrá.Si Julio Cobos hubiera medido en esos términos su voto, habría optado por el sí. Liberado de ese cepo genético por no ser un profesional de la política, con todos los pros y contras que esto significa a la hora de actuar en la vida pública, pudo optar por una u otra opción. Dejó salir con libertad su sentimiento y su razón combinados. Y eligió el no con todas sus severas implicancias. Por supuesto que la historia lo va a juzgar, aunque el presente es mayoritariamente favorable a su decisión. Y no sólo porque se concuerde con ella y se esté contra la dirección del Gobierno, sino porque gustó ver a un hombre común frente a una decisión excepcional y, sobre todo, constatar que ese ser no se convertía en alguien extraño a sí mismo para actuar, sino que lo hacía aterrado, dudoso y consciente de su responsabilidad. Se ha valorado la decisión porque una mayoría la comparte, pero la conmoción más intensa ha sido por el modo de tomarla del protagonista. Ha gustado aún más la actitud del ejecutante que la ejecución y su resultado.Julio Cobos tiene hoy un enorme capital político por la credibilidad que ha generado en gran parte de la sociedad. Está solo, porque cuando tomó su decisión crucial apenas había quedado a su lado un puñado de sus compañeros de ruta. Eso parece una debilidad, pero es su mayor fortaleza, porque no lo pueden despojar de casi nada. Las guarangadas de echar a los suyos de los pocos cargos que ocupan serían apenas una muestra más de pequeñez e incomprensión de la realidad del Gobierno nacional.El vicepresidente fue quien llevó la brújula hacia la salida de la crisis artificial creada por el Gobierno hace casi 130 días. Le hizo un gran servicio a la Nación indicando el camino del Congreso. En un país nuevo, el de la discusión parlamentaria, fue el encargado de dirimir una situación digna de una novela de misterio. Y lo hizo sin medir las consecuencias políticas personales. Apostó todo y ganó, aunque todavía el Gobierno nacional no se haya dado cuenta y siga reaccionando aislado de la realidad.Pero su triunfo, a no equivocarse, más que un triunfo político o personal es la victoria de las debilitadas instituciones. Su triunfo no gobierna, es una suerte de tardío eco del “que se vayan todos”, que marca un rumbo moral y social pero que no sirve para gobernar. Sabiendo interpretar lo sucedido se puede reencauzar el país en un sendero de cordura, perdido hasta que llegó un hombre sensato, sin mayores atributos, pero que supo decir no.Julio Cobos es un símbolo que puede fortalecer el sistema institucional y colaborar en la reconstrucción de la maltrecha política argentina. Puesto a político profesional puede no ser tan bueno, porque ya mostró que lo suyo es otra cosa. Es la sensatez en el instante crucial. Quizás, incluso, en la madrugada del jueves ya haya agotado buena parte de su estrella. Ojalá no le pidan o no se tiente de correr la maratón, la carrera de regularidad, pues ésa es para los profesionales. Él es el recordman de los 100 metros. Al menos en el tema político. En la vida es un maratonista, como demostró mientras hablaba en el Senado y dosificaba sus palabras y sus anécdotas para ver si por milagro retornaban la sensatez y el diálogo. Ante la negativa, dijo un no costoso, pero valiente y sincero. Como hacen los hombres simples en esos momentos únicos en los que Borges ha dicho que cada uno al fin ve su propio rostro y sabe en ese instante quién es.
Jaime Correas en Diario Uno del 20/7/08

martes, 15 de julio de 2008

Juntos podemos!!!


lunes, 23 de junio de 2008

Un negrito en Buenos Aires


Alguna vez leí por ahí, en mi adolescencia, un experimento sociológico que se hizo en Europa allá por los años 30. Se llevó a un negro de una tribu muy primitiva del África a vivir un tiempo en Europa, la idea fue hacer a un hombre viajar en el tiempo hacia el futuro, para ver que cosas lo asombraban y ver como reaccionaba ante la tecnología y la modernidad existente en el “primer mundo” de la época. Cuando lo devolvieron a su tribu, escucharon los relatos del negrito.

Lo primero que les contó a los suyos fue que había vivido entre gentes que se bañaban vestidas en el mar y metía los perros adentro de las casas. Eso le había asombrado mucho más que los aviones, la luz eléctrica o las grandes construcciones.

Evidentemente a los hombres, (o por lo menos aquel negrito y quien esto escribe), nos sorprenden mas las diferencias culturales que los adelantos tecnológicos.

Sobre esto reflexionaba hace una semana en Buenos Aires. Estuve varios días allá; aproveché una reunión de laburo el lunes, renovar mi pasaporte y esperar el DIC II el viernes, esos días camine por Buenos aires y me sorprendió el recuerdo del negrito. Esa semana el negrito fui yo.

He aquí mis conclusiones:

En Buenos Aires la gente no quiere hablar con nadie, todos o casi todos van por la calle, los subtes y los micros con auriculares en sus orejas.

Los porteños le indican a los taxistas por que calle debe ir, no hacen como nosotros que decimos “A San Martín y Garibaldi”, ellos mientras el taxista maneja le van indicando por que calle quieren que los lleven.

Los porteños no desayunan en sus casas.

Los porteños no almuerzan en sus casas.

Los porteños rara vez cenan en sus casas.

En Buenos aires han logrado que se respeten los semáforos peatonales. Directamente pisan al que cruza a pié por donde o cuando no debe.

En Buenos aires le sacan el artículo a la gente, nadie dice “El José…”, dicen “José…”, así feo sin el artículo que le corresponde.

Los porteños no conocen a sus vecinos.

En Buenos aires se puede comer muy bien y muy barato, muy bien y muy caro, muy mal y muy barato y muy mal y muy caro.

En Buenos Aires hay muchos, pero muchos taxis.

En Buenos aires hay muchas pero muchas radios y casi todas muy buenas. La 92.7 pasa tangos viejos todo el día.

En Buenos aires, hay gente que le paga a otra para que pasee su perro, sin jugar ni nada, solo tironeándole de la correa en una reunión promiscua de chocos. Los chocos no parecen disfrutar eso. No se para que tienen chocos.

En Buenos aires hay mucha mierda de perro por las veredas.

En Buenos Aires no hay canastos para la basura en las veredas, dejan las bolsas en los cordones.

En Buenos aires no tienen tortitas, ni pinchadas, ni raspadas ni de hoja, pero tienen medias lunas de grasa y de manteca, las primeras son un buen sucedáneo de nuestras tortitas.

Los porteños tratan mal a sus mujeres, no hacen diferencia si hablan con un hombre o con una mujer, ni se privan de decir groserías si hay una mujer presente. A las porteñas les gusta como las tratamos nosotros.

Los porteños tienen una ciudad muy bonita y no la cuidan, la ensucian y se quejan si la municipalidad no la limpia.

Para un porteño están incapacitados de hecho para entender la Argentina. No es soberbia es solo incapacidad. A esa incapacidad le suman una vocación por entenderla que genera ideas muy raras.

Las plazas de Buenos aires no tienen flores y casi no les queda pasto.

Los porteños tienen muchas llaves para sus puertas, muchas es tres, cuatro o cinco llaves para una puerta de un departamento, mas la una o dos para la puerta del edificio, mas una o dos para la puerta de la cochera.

Muchos porteños no tienen auto ni moto ni bicicleta.

Los porteños manejan muy bien y rara vez tocan la bocina.

Los chicos que andan en motitos en Buenos Aires quieren morir jóvenes.

Las porteñas no se producen, en general no cuidan su pelo, apenas se pintan y se visten mas pensando en el clima que en los hombres.

Los porteños no le ceden el paso a sus mujeres, ni el asiento en el micro.

Aunque estén en compañía masculina, las porteñas meten la mano a la cartera cuando llega la cuenta en un bar o una sanguchería, los porteños ni amagan a no dejarlas pagar. Ellas garpan como un compadre mas.

No es difícil encontrarse con conocidos en Buenos aires, me encontré con Torito en Av. Santa Fé, con el Gaita Hervida en una boca de subte y con un ex compañero de laburo en la plaza de los dos congresos. Anaik se encontró con una prima también en Av. Santa Fé.

Existe un Sr. D'Eía que solo puede existir en Buenos aires.

En Buenos Aires todavía hay gentes que anda haciendo la revolución. Vi un grupo armando un jardín de Infantes para niños pobres en el medio de la Av. de Mayo y ellos creían estar haciendo la revolución.

En Buenos aires hay mucha mas gente que defiende a Cristina con convicción que en cualquier otro lugar del país.

En Buenos aires la gente lee mas que en otros lados, buscan lugares raros para leer, en un viaje en tren, en una cola de un banco, en los bancos de la plaza.

En Buenos Aires hay mucha gente tomando café sola. Se pasan un rato y no llega ningún amigo a compartir la mesa.

En Buenos aires no dicen culiado, dicen forro.

Aclaración necesaria: Al primero que me diga “no generalices“ lo mando a la concha de su madre.